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La aventura de la libertad: Huckleberry Finn (página 2)




Enviado por Obed Delfin



Partes: 1, 2

Por lo que Huck Finn sólo se pone en un extremo,
a un costado del camino. Se desprende del mundo con el cual no
quiere comprometerse, se abandona a sí mismo; pues no
desea entregarse a la relación mundana. Le da la espalda
al mundo, pero luego siente la necesidad que tiene de ese mundo;
ya que su yo es una configuración con los otros
yo.

Huckleberry Finn en su querer alejarse, en querer ser un
extraño con el mundo, estar entre los hombres sin
pertenecer a ellos o estar en el bosque sin ellos. Él
quiere ser como la "Isla de Jackson", un montículo aislado
entre las dos orillas del Missisipi donde se escenifica la vida;
holgado en la pereza y en la indolencia mientras, y mientras el
sol se filtra a través de las hojas "yo me sentía
poderosamente vago y cómodo".

No obstante, Huck Finn se enreda en la trampa de
libertad sin determinaciones. Ya que él es un hombre y
como tal es actividad social. Piensa en Tom Sawyer,
compañero de juego.

El hombre no es un errante solitario, ni apartado ni
extrañado. La libertad a la aspira Huck Finn es una
libertad vacía, sin horizonte, sin determinaciones;
está perdida de sentido en la actividad que
realiza.

Pero después de un rato me encontré un
poco solo…, y conté las estrellas y los troncos y
las balsas que bajaban a la deriva, y luego me acosté, no
hay otra mejor manera de pasar el tiempo cuando te sientes triste
y solitario, no puedes quedarte triste siempre, pronto se
quita.

Porque nos damos cuenta de la falta que nos hace el
mundo, los sobresaltos de las circunstancias.

"Poco después me dije a mi mismo: no puedo vivir
de esta manera; voy a enterarme de quién está en la
isla conmigo; o me entero o reviento. Bueno, en seguida me
sentí mejor". En este intento de reconocer el mundo, de
acercamiento al otro, comienza el camino de compartir las
vicisitudes de la libertad. Así Huck Finn sin
proponérselo comienza a transitar hacia el compromiso,
hacia el roce con el otro; el intercambio de una responsabilidad
que él ha elegido, lo que lo compromete.

En este momento la libertad pedestre ha comenzado a
determinarse por sí misma; lo asocial, el vagabundeo se
determina porque se interesa en el mundo, se inmiscuye en el. La
voluntad es exteriorizada dejando de ser una mera ilusión
de sí, ésta busca realizarse y se acomoda a un fin
que está más allá de ella misma; abandona su
pura inmediatez.

Huck Finn se piensa más allá de sí
mismo, porque cavila sobre el mundo; esto sólo es posible
por el compromiso que reclama para sí. Porque su voluntad
de ser libre se ha comprometido y ha decidido más
allá de leyes de Missouri. La imposición de su
voluntad, que se da asimismo la ley está más
allá de ley positiva.

Huck Finn se compromete con el negro Jim
asumiéndo la responsabilidad de su acción, pero
puesta ésta también en el otro; de este modo no
sólo asume su propia acción sino comparte la
acción del otro, y con ello sella el pacto comienzo a la
aventura de la libertad.

– ¿Cómo es que estas tú
aquí, Jim, y cómo llegaste?

Se puso bastante inquieto y no dijo nada durante un
minuto.

Luego me dijo.

– A lo mejor no debía
contártelo.

– ¿Por qué, Jim?

– Bueno, hay razones… Pero tú no se lo
contaras a nadie si te lo dijo, ¿verdad, Huck?

– Maldito si lo haría, Jim.

– Bueno, yo te creo. Huck; yo me
escapé.

– ¡Jim!

– Recuerda, dijiste que no lo contarías…,
sabes que dijiste que no lo contarías, Huck.

– Bueno si lo dije. Dije que no lo haría, y lo
mantengo.

¿Bajo cuál principio de la acción
se ha comprometido Huck Finn a mantener su trato? ¿Acaso
por deber, conforme al deber, por el principio del querer o por
respeto a la ley? Entre un norte libre y un sur esclavista,
¿a cuál ley se somete Huck Finn, a la que conoce o
a la que ha oído y no conoce?

Si es conforme al deber, es contrario a éste,
porque del mismo ha huido. Si es por deber, las acciones de Huck
Finn no lo muestran con un personaje no ético. Si es por
el principio del querer, entendiendo éste como el
principio que tiene la voluntad de querer y decidir, entonces
entendemos que ha establecido una relación con el mundo
asumiéndose como agente libre de sus propias acciones.
Así Huck Finn dice: "Me llamarán puerco
abolicionista y me despreciarán por callarlo, pero da
Igual".

La voluntad individual se acomoda sin saberlo a una
voluntad general, porque sale de sí sin saberlo. En esta
conversación donde Huck Finn y el negro Jim instituyen su
compromiso tenemos dos voluntades opuestas. Huck Finn es un
hombre libre, porque la ley lo determina como tal (libertad
positiva); pero para sí anhela la libertad de su pura
individualidad. Jim, en cambio, es un esclavo, un objeto de
trabajo que pertenece a otro; por esto escapa de la ley que lo
convierte en cosa. Busca ser un hombre libre.

La libertad vacía que busca Huck Finn se doblega
ante la libertad del espíritu que busca Jim. La voluntad
pedestre reconoce la voluntad de libertad real. Por esto renuncia
a su constricción y se despliega hacia el mundo dando
cabida al compromiso con otro. De este modo, se propone ser
social con el mundo.

La voluntad individual y distinta que aspira su propia
libertad se acomoda a una otra voluntad, que aspira ser una
voluntad general. Al ser esta voluntad comprometida. Así
Huck Finn es movido por la acción del compromiso y se une
al movimiento del espíritu. Prescribe su acción
desde su voluntad arriesgándose ante la ley
jurídica, al ayudar a escapar a un esclavo. Esto lo sabe
Huck porque es un hombre práctico, ya que la vida vive
adherida a su propia carne. Él no ha leído "Don
Quijote" para imaginar una aventura a lo Tom Sawyer; no obstante
Huck Finn ha emprendido la aventura real a través del
tránsito de ser verdaderamente libre.

Huck Finn no ignora las consecuencias de su
acción, la cual asume con responsabilidad. Ya que ha
decidido por sí mismo, y no por una ley exterior. Cuando
la ley que se ha impuesto por sí mismo se hace real; la
asume para sí haciéndose, de esta manera, su ley de
acción. No obstante, mientras Huck Finn y Jim navegan,
como dos seres arrojados al mundo, entre las orillas de Illinois
y Missouri van apareciendo las enseñanzas morales de la
viuda Douglas y de la señorita Watson. De las cuales ha
escapado Huck, pero que determinan su conciencia
moral.

En este ir apareciendo las enseñanzas morales, de
la viuda Douglas y la señorita Watson, aflora en Huck Finn
la conciencia social, va apareciendo su relación con las
leyes jurídicas que él está quebrantando.
Aparece la relación con una comunidad que él
rechazaba, pero que ahora emerge para reclamarle su acción
ante Jim. Se da cuenta que no era un ser asocial, que está
determinado socialmente más allá de lo que
él creía.

Si antes Huck pedía para sí una libertad
no comprometida, asocial. Ahora en el compromiso con Jim
desarrolla su condición como ser social. Una parte de esta
conciencia social reclama el deber para con Jim, esto es, su
compromiso personal. Por otro lado, su conciencia de pertenecer a
un estado esclavista, lo compele a cumplir con las costumbres que
impone la ley positiva. Se desarrolla aquí un conflicto
entre las costumbres y la voluntad de la libertad. Problema que
no existía mientras Huck Finn era un mero vagabundo, pero
al tomar partido por una acción comprometida con otro
está obligado a decidir.

De allí que ahora navegue turbulentamente entre
las dos orillas del Missisipi, se conduce a través del
río en una vieja odisea del espíritu. Navega entre
fantasmas que emergen, leyes y costumbres, que hacen dudar a Huck
del compromiso asumido ante Jim.

Tales leyes y costumbres asumidas hacen que aparezca la
duda y la dualidad en la conciencia de Huck Finn; por ello
dice:

Intente convencerme de que yo no tenía la culpa,
porque yo no había incitado a Jim a huir de su
dueño legitimo; peor no me consolaba nada, mi conciencia
iba y me decía cada vez «Pero tú
sabías que se escapaba buscando la libertad, y
podías haberte acercado a la orilla, para
contárselo a alguien» Era verdad… Yo no
podía quitarme eso de encima de ninguna manera. Era
exactamente lo que pinchaba

La conciencia colectiva-social reclama para sí la
anexión de todos sus miembros, porque desea preservar sus
costumbres, sus instituciones; que como ley ha establecido para
su propio mantenimiento; por ello como sociedad reclama que cada
individuo, cada conciencia obedezca los precepto que ella ha
dictaminado.

He aquí el conflicto de Huck Finn, entre la ley
positiva y la ley que él mismo se ha dado. Si en este
conflicto proponemos un fin universal, por un lado, el cual
determina la acción presente de Huck podríamos caer
en la trampa de un destino preestablecido, y así hacer
desaparecer la libertad de la voluntad; por otro lado, si
proponemos romper con las leyes de la comunidad Huck Finn se
convierte en un traidor abolicionista.

Ante un futuro desconocido, un pasado que impone sus
determinaciones y un presente que apremia. Es necesario asumirse
como responsable de sus acciones y decisiones. Porque el
aquí y ahora, el puro presente, no da cabida para el
juicio histórico. En este conflicto Huck Finn está
solo consigo mismo, es su pura conciencia que se debate entre la
decisión asumida y la responsabilidad de cumplir tal
decisión.

Así pues, en aquel lugar preciso al sur de
Illinois, en la confluencia del Missisipi con el Ohio, ya no hay
cabida para la incertidumbre, para el más allá.
Todo se convierte en un presente absoluto, desnudo en el cual hay
que decidir si se acaba con el pasado y comienza un hombre nuevo,
o se claudica por lo establecido. Tal decisión se
convierte en toda la realidad.

Al poco rato vimos una luz. Jim gritó:

– ¡Estamos a salvo, Huck a salvo!
¡Ahí está el bueno de Cairo, por fin,
seguro!

Yo le dije:

– Iré con la canoa a ver, Jim… y me dio la
pala, y mientras desatracaba, me dijo:

– Dentro de poco estaré gritando de
alegría, y entonces diré: todo se lo debo a Huck;
soy un hombre libre, pero no me habría liberado nunca a no
ser por Huck; Huck los consiguió. Jim jamás te
olvidará, Huck; eres el mejor amigo que tiene el viejo Jim
ahora.

Yo iba remando, todo impaciente por denunciarle; pero
cuando dijo eso, parecía que se me hubiesen apagado los
fuegos…, cuando ya me encontraba a cincuenta metros de la
balsa, Jim dijo:

– Ahí va el viejo Huck leal; el único
caballero blanco que ha cumplido su promesa al viejo
Jim.

Bueno, yo sencillamente me sentía
enfermo.

En esta bifurcación la conciencia es sometida a
enfrentarse consigo misma. Mientras libra esta batalla, la
conciencia moral se contradice entre sus costumbres y valores,
que como individualidad ella contiene. Por otra parte, ella
avanza hasta hacer a sí misma y corresponderse con el
mundo; se hace conciencia de sí, porque se ha reconocido
como su propia acción.

Bueno, han escapado cinco negros esta noche, de
allá, arriba del recodo, ¿es blanco o negro tu
hombre?…

Veía que flaqueaba; así que dejé de
intentarlo, y de repente dije:

– Es blanco.

En este momento Huck Finn ha sellado su derecho
universal a ser libre. Su compromiso irreductible se ha
convertido en libertad, se ha concebido a si como una
relación de acción universal; de este modo
trasciende de lo particular a lo general. En esta acción
él reconoce su voluntad plena a decidir. Se convierte en
compromiso con el otro. La contradicción lo ha inducido al
develamiento de sí.

Ahora su ser es existencia. La duda lo ha convertido en
voluntad que se vincula con el otro. Su transitar ha sido mediado
por el compromiso hasta llegar al reconocimiento de sí, en
la medida que es otro. La pura subjetividad se hace
mundo.

Entre la libertad y la esclavitud Huck Finn ha inclinado
su voluntad por la libertad. No sólo la libertad de Jim,
sino su propia libertad. En esta acción ambos se hacen
sujetos de su propio devenir. Ambos delante de Cairo, se han
visto para sí y para el otro. Las dos voluntades se han
entrelazado en el concepto de la libertad.

Huck Finn no duda de su decisión. Sólo
siente el respeto de haber escapado de la esclavitud, y en esto
se ha convertido en un ser ético que se prescribe para
sí su deber.

Aunque han errado en su intento de llegar a Cairo y
conseguir la libertad Jim. Su acción ante el mundo los ha
modificado. Huck Finn y Jim para sí son otros. La
travesía los ha transformado, han devenido en conciencia
para sí y para el otro.

La aventura por el Missisipi fracasa y Jim es apresado
en la granja del tío Silas Phelps y la tía Sally.
No obstante, ha triunfado el reconocimiento de sí, porque
la acción ha transformado la conciencia de
ambos.

Por otra parte, el rescate planificado por Tom Sawyer,
para liberar a Jim, es un juego vacío, carente de todo
espíritu; sin compromiso real con la conciencia de la
voluntad. Es un mero retozo, porque no media una voluntad ni un
compromiso con una ley interior. Puesto que Tom Sawyer ya sabe
que el negro Jim es un hombre libre, porque así lo ha
querido en su testamento la señorita Watson. Para Tom
Sawyer la vida es una travesura, no comprometida consigo misma,
él sólo fantasea en un mundo lúdico, donde
no hay apremio por las circunstancias humanas.

En la mundanidad, en el roce de lo cotidiano es donde la
voluntad se realiza a sí misma; allí se compromete
o no, deja de ser algo posible para convertirse en real; se hace
carne y espíritu, se proclama a sí misma porque ha
elegido su acción para sí y para con el
otro.

"Si, y soy rico ahora, si lo miras bien, yo me
pertenezco a mí mismo". De este modo, Jim se asume para
sí como un ético, como sujeto libre de su propia
acción.

El compromiso establecido en Huck Finn y Jim ha
trascendido de lo individual, y se ha consumado como una
máxima moral entre ambos, hasta hacer que el compromiso
con el otro se convierta en una máxima universal, que se
plasma en el mundo de acciones concretas en que se actúa
cotidianamente.

La vida se transforma en acción, en hacer por la
voluntad que se determina a sí misma. Donde la
máxima moral se concreta y expresa porque hay una
relación con el otro, que es carne y hueso. La mera
individualidad es abandonada, para arribar a la condición
de ser todos los hombres.

La aventura de Huckleberry Finn es la aventura del
espíritu en su recorrido por encontrarse consigo mismo. El
encontrarse así y saber quien se es. Pero no un conocerse
individual alejado y apartado del mundo. Es un conocerse mediado
por el mundo, por los otros, entre los otros; entre un yo y otros
yo. En esto consiste la revelación de la conciencia en y
para sí, en un estar involucrada con el resto del mundo,
con sus circunstancias. El individuo sólo se hace
individuo sólo en la medida que se hace otro, y de
allí retorna a sí y vuelve al mundo en una eterna
relación dialéctica.

Así andamos navegando entre las orillas de esta
vida, cuál será nuestra decisión;
cuál nuestro compromiso. Siempre estaremos en la
bifurcación que nos apremie a decidir, allí
podremos ser seres libres o condenados a repetir las costumbres
impuestas.

 

 

Autor:

Obed Delfín

obeddelfin[arroba]gmail.com

Lic. en Filosofía

Partes: 1, 2
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